Si bien podemos utilizar ambos términos como sinónimos, es importante saber que no lo son. Debemos estar preparados para reconocerlas y actuar de acuerdo al caso.
Una emergencia implica que deben tomarse acciones y decisiones médicas de manera inmediata, ya que son situaciones en las que está puesta en juego la vida del paciente.
Ejemplos de emergencias médicas son la asfixia, traumatismos y hemorragias severas, pérdida no recuperada del conocimiento, accidentes de tránsito, electrocución, crisis convulsivas, etcétera.
En estos casos llame a su servicio de emergencias de inmediato.
Una urgencia implica un caso que requiere asistencia médica en el corto plazo, pero no está en riesgo la vida o de que la situación empeore.
Ejemplos de urgencias médicas son las crisis nerviosas, las crisis asmáticas (por la frecuencia), cólicos renales o hepáticos, fiebre alta, etcétera. Cabe destacar que fiebre alta se refiere a una temperatura mayor a 40° sin respuesta a antifebriles o en pacientes pediátricos con antecedentes de convulsiones febriles.
Una urgencia puede convertirse en emergencia si no es tratada a tiempo.
Por último, en los casos en que no hay emergencia ni urgencia médica pero el paciente encuentra dificultoso su traslado a un centro médico, tendrá lugar una visita médica en domicilio. Tal es el caso de gripe, gastroenteritis, infecciones respiratorias estacionales, etcétera.
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